¿Entendemos por qué abandonamos nuestros sueños?
Qué momento difícil cuando por más vueltas que le damos a la situación, pareciera que todo indicara que lo mejor es abandonar la carrera hacia nuestras metas.
Golpe tras golpe, lo malo no para de llegar, poco a poco la
energía se nos va acabando, el cansancio en nosotros tiene muchas aspiraciones
de ganar, vivimos estresados, con la mente y el cuerpo agotados, la presión
social aumenta y por si fuera poco explotan problemas que debemos resolver que
jamás esperábamos. Aparecen tantas dudas que se hace difícil razonar y pensar
con claridad.
Lo escrito anteriormente puede parecer un poco exagerado,
pero lo cierto es que, al estar en búsqueda de nuestros sueños, podemos entrar
en situaciones mucho peores a la narrada y es que no siempre las cosas suceden
como las imaginamos, en algún momento puede ocurrir algo inesperado que no
estaba entre los planes, probablemente a mitad del camino nos detengamos y
existan más motivos para abandonar que para seguir adelante.
En ocasiones, al comenzar nuestro recorrido solo estamos
embelesados con lo que obtendremos cuando lleguemos al lugar que anhelamos, sin
habernos hecho y respondido preguntas como: ¿cuánto tiempo estoy dispuesto a
invertir para conseguir lo que quiero?, ¿cuánto de mi esfuerzo estoy dispuesto
a dar para lograrlo?, ¿realmente deseo comenzar esta aventura, sabiendo que
tendré que enfrentarme a muchas adversidades?, ¿estoy dispuesto a tener que
sacrificar cosas que son importantes hoy en mi vida para darle espacio a mis
deseos?, ¿si en el camino aparecen otras oportunidades tentadoras, me desviaré
de mi ruta propuesta?
Si analizamos las preguntas descubriremos que solo buscamos
saber si realmente tendremos la determinación, para hacerle frente a todos los
altibajos que debemos superar para alcanzar lo que tanto anhelamos.
Si luego de imaginarte y viajar por un momento al peor
escenario que pudiera aparecer en tu recorrido, decides seguir adelante en
búsqueda de lo que quieres, estarías dando uno de los pasos más importantes,
que demuestra que estás lleno de valor, ya que por más difícil que conoces que
podría llegar a colocarse la situación, tu ímpetu por conseguir lo que quieres
es aún mayor.
Los metales más valiosos del mundo son moldeados luego de someterse
a altas temperaturas, de no ser por el fuego, sería imposible darles las formas
que se desea. De igual manera ocurre con nosotros, al someternos al calor y
fuertes presiones nos estamos moldeando para ser las personas que queremos ser,
en ciertas ocasiones la vida se toma el personaje de orfebre muy en serio y nos
somete con fuertes pruebas para saber si estamos hechos de un material valioso.
Las situaciones dramáticas por las que nos toca transcurrir
en nuestra vida, pueden conmovernos al punto de hacernos tomar medidas que nos
liberarán de un peso en el momento, pero que nos alejan de línea de meta o simplemente
nos autodescalificamos de la competencia. El nivel de perturbación ocasionado por los baches en
nuestro camino, posiblemente dependa de la manera en que los percibimos.
Caminando podemos tropezarnos con “catástrofes”, esto significa que es un
problema que de ninguna manera tienen reparo o solución y tropezaremos también con
“circunstancias a resolver”, algunas con mayor dificultad que otras, pero en
fin con posibilidades de hallarles una solución. Es muy útil desarrollar la
capacidad de saber diferenciar que situación es una catástrofe y cual es una
circunstancia a resolver. Confundirlas puede llevarnos a creer que siempre
aparecen barreras en nuestro recorrido que no se podrán superar y nos llevan de
manera obligatoria a desertar, de esta manera posiblemente terminemos con pocas
esperanzas para afrontar retos.
Por suerte hay una herramienta muy útil para no confundirnos,
esta se llama “optimismo”. El optimismo ante cualquier situación, consiste en
concentrarnos solo en pensar, que debemos encontrar una solución a lo que nos
está afectando, porque sabemos que la hay. En este punto podemos sumar también una carta muy importante llamada “creatividad”.
Naturalmente, ser optimista
contiene mucha creatividad, ya que buscar soluciones no es más que hacer
trabajar al cerebro para que se ingenie la estructura de un puente que nos hará
llegar al otro lado del río que se interpuso en nuestro camino.
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