Moisés Alú

    Cada persona es única. Todos tenemos distintos gustos, diversas formas de pensar y cada uno tiene una manera de hacer las cosas. Por el hecho de tener preferencias y rechazos a situaciones de la vida, en ocasiones no tenemos más remedio que hacer cosas que nos parecen desagradables, está en nosotros decidir de qué manera y con qué actitud las realizamos.    No hay una forma correcta o incorrecta, de encarar estas situaciones que no nos agradan.    Como dijo Shakespeare: “Nada es bueno o malo”.    Eso sí, debemos resaltar que el resultado final de estas situaciones, tendrá una relación directa a la manera, en que nos desenvolvemos durante su ejecución.    Ahora detengámonos a analizar está pregunta:     ¿Qué pasaría si cada paso que damos durante nuestro trayecto, estuviese motivado por el impulso de querer realizar las cosas con la mejor actitud que pudiéramos ?    -Aumentarían las posibilidades de obtener resultados positivos (esta es la respuesta resumid

!Por supuesto que se puede! Cada persona posee las bases para vivir en felicidad plena, sin embargo, eso no es suficiente, debemos desarrollar una aguda consciencia sobre la condición de querer vivir felices. Como dijo una vez Abraham Lincoln: "Cada quien es tan feliz como decide serlo".    ¿Cómo ejercitarnos para fortalecer nuestra felicidad?  La fórmula para lograr ésta capacidad, es la misma utilizada para cualquier disciplina, que no es más, que ser constantes para desarrollar aptitudes en las que deseamos crecer. Debemos reconocer cuales son los factores que conducen a la felicidad y cuales conducen al sufrimiento. Debemos colocarnos como tarea, descubrir que nos afectó de manera positiva en el pasado e hizo que nos sintiéramos felices y de igual manera las causas que nos llevaron al sufrimiento. Podemos comenzar identificando los estados mentales que experimentamos, los negativos y los positivos. Por ejem